Sunday, December 7, 2014

Secretos de Familia

¿Qué es la familia?

La familia es lo permanente, estaba antes de que llegáramos, le pertenecemos mientras vivamos y seguirá existiendo después de nosotros. Es una generación de vivos, que caminan como mínimo con dos generaciones de muertos a la espalda hasta la línea de meta, donde le toca subirse a la espalda de la siguiente generación de vivos.

¿Yo soy mi familia?

Recordemos que desde la perspectiva de la metagenealogía Jodorowskyana, cada uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que lo preceden, lo que hace un mínimo de catorce personas. Desde esta perspectiva, consideramos que los secretos guardados en una generación son un manantial insano de traumas y conflictos para los que lleguen detrás.

¿Hay alguna relación entre la enfermedad y los secretos familiares?

La relación entre enfermedad y secretos familiares se hace bastante evidente en el estudio de los árboles genealógicos. La familia es como una olla psicológica llena de secretos, tabúes, silencios, vergüenzas. Hay asesinatos, locura, robos, infidelidades, cárcel, incesto, abusos… Así, la enfermedad no es la solución del problema, sino una invitación a enfrentar un conflicto familiar que se ha mantenido secreto. Como escribió Françoise Dolto: “Lo que es callado en la primera generación, la segunda lo lleva en el cuerpo.”

¿Qué cosas, a nivel psicogenealógico, vamos cargando en el cuerpo?

En el lado derecho… está la herencia paterna
Lado izquierdo…herencia materna (no olvidar la lateralidad de cada persona)
El vientre…la madre
Problemas de espalda…cargas a los padres
Padres divorciados, o separados…puntas de los pies se separan
Miedo a la sexualidad…pelvis movida hacia atrás
No te han amado…pecho endurecido e insensible

¿Si no uso palabras para expresar mi dolor, lo expresaré con mi cuerpo?

Anne Ancelin Schützenberger lo ha estudiado a fondo: “Los duelos no hechos, las lágrimas no derramadas, los secretos de familia, las identificaciones inconscientes y lealtades familiares invisibles” pasean sobre los hijos y los descendientes. “Lo que no se expresa por palabras se expresa por dolores”. O por accidentes, como el caso de una biznieta que pierde su virginidad por accidente a los siete años (jugando al salto de pértiga) y estudiando su árbol, descubre que su bisabuela fue fruto de una violación, concebida en la misma fecha que ocurrió el episodio.
¿Cómo se pueden observar los secretos en el árbol genealógico?
Cuando el árbol quiere desvelarte un secreto, crea una estructura, algo que se repite, con eso pretende llamar tu atención. Por ejemplo una fecha que se repite, un estilo de elección de la pareja, unos accidentes con ingredientes similares. Estos secretos se guardan por vergüenza, por pudor, por proteger a los niños o autoprotegerse ante la sociedad.

¿Dónde se sitúan esos secretos?

Cada secreto que tenemos está en el estrato que le corresponde (los cuatro egos):
-Mis ideas locas secretas, podemos identificarlas en el nivel de mis bisabuelos
-Mis emociones secretas, están en mis abuelos
-Mis secretos sexuales-creativos, están en mis padres
-Mis secretos materiales, de territorio, están en mis hermanos
Cuando el secreto lo porta un miembro de la familia, éste lo vive como un cuerpo extraño y molesto, su cuerpo lo vive como un tumor o un bolo alimenticio que tiene que salir a fuera. Nunca debemos contar secretos a los niños, es un Abuso con mayúsculas.
Sabemos además el poder de la comunicación no verbal, si alguien delante de ti se calla una información importante, se delatará tarde o temprano con algún gesto inconsciente. Freud decía que “Aquel cuyos labios callan, conversa con la punta de los dedos. Se traiciona por todos los poros”.

Claudine Vegh decía que “…vale más saber una verdad, aun cuando sea difícil, vergonzosa o trágica, que ocultarla, porque aquello que se calla, es subordinado o adivinado por los otros y ese secreto, se convierte en un traumatismo más grave a largo plazo”.
Los secretos hay que airearlos si son del presente, de la manera más adecuada y en el momento más propicio, o sanarlos con la psicomagia si son del pasado. Una herramienta útil es dibujar el árbol sanado: se trata de hacer una obra en la que representemos a todos los miembros, con dibujos o fotografías pegadas a modo de collage. A cada uno le pondremos su finalidad cumplida, todo aquello que les damos nos lo damos a nosotros mismos, y ahí aparecerán todos los secretos convertidos en bendiciones.
El árbol guarda secretos, al tiempo que puede intentar desvelarlos. En todo árbol aparece en un momento determinado un héroe, el que lo sana y se sana, aquel que se atreve a construir el árbol genealógico.
No existen los árboles sanos porque vivimos en una sociedad enferma.
“La sanación del árbol consiste en quitar la repetición, comprenderla, o repetirla en una forma positiva”

Alejandro Jodorowsky

Thursday, December 4, 2014

"Despertando a la Percepción Real" por el Dr. Manuel Gerardo Monasterio

El error primario, tanto metafísico como científico, es el de considerarnos como entidades separadas.
Esta noción —y solamente esta noción— es la raíz de toda oscuridad y dolor.
La comprensión de la Unicidad esencial de todo, es lo único que puede ayudarnos a superar la crisis actual.

La ciencia más elevada ha comprendido que la vida es una compleja red de interrelaciones que se extiende hacia el infinito.
Teilhard de Chardin observa el PhilIum humano como una gigantesca unidad, un cuerpo indivisible que avanza —en creciente conscientización—hacia la fusión con el Cristo Cósmico.

Desde el punto de vista Real, tú, yo y el otro, no son más que fantasías de una identificación errónea como aquello que carece en absoluto de substancia.
Sólo hay Uno,Unos solo reflejándose en interminables espejos.

La Nueva Era representa el Despertar al luminoso juego de la Vida. Pero para Despertar es indispensable abandonar la pesadilla, con todas sus absurdas leyes de miserias, divisiones y carencias.

Fragmento del artículo publicado en la revista "Renacer", 1994

"El Desafío de la Nueva Era" por el Dr. Manuel Gerardo Monasterio



La Nueva Era no puede ser solamente una serie de preceptos más o menos morales, y unos agradables enunciados higiénico— dietéticos para ser repetidos a manera de exorcismos contra los males del mundo moderno. Ni tampoco puede ser sólo un montón de clichés en forma de nuevas costumbres con olor a tarot, arroz integral y sahumerio. 
Si este desafío esencial no es asumido con toda la energía que requiere, podemos terminar cambiando el gimnasio, la sauna y la manicura, por las clases de Shiatzu, el curso de medicina natural y el seminario de meditación trascendental. Es decir, no porque consideremos estas disciplinas como parte de nuestro genuino y auto-consciente desarrollo, sino porque en realidad estamos aburridos de lo convencional y todo lo relacionado con la “Nueva Era” nos resulta muy “chic y está de onda”.

Les pido perdón si resulto irreverente, pero el viejo sistema es capaz de devorarse y digerir megatoneladas de bellos ideales y buenas intenciones.
Para que la Nueva Era no termine convirtiéndose por completo en una opción más entre los distintos shoppings del consumismo mundial, tú y yo tenemos que estar Despiertos.
Aquí y ahora. Amorosamente Despiertos en nuestra cotidianeidad inmediata.
Amorosamente lúcidos en nuestra vida diaria.
No solamente en el momento de la lectura inspirada, la meditación o el curso metafísico. Sino Aquí y Ahora. Con tu mujer y tus hijos, con tus vecinos y colegas.
Hablando si es necesario.
O silenciosamente.
Sobre todo con gran paciencia.
Con la infinita ternura que es nuestro derecho esencial. Y que tanta falta está haciendo en este mundo donde tal vez haya demasiadas teorías, demasiado conocimiento, demasiadas palabras.

Pacientemente.
Sin prisa ni pausa.
Emitiendo ininterrumpidamente la frecuencia esencial de la Presencia. Con Amor palpable y viviente.
Con frágil, y firme, y delicado Amor, que habrá de transformar nuestro cuerpo, haciéndolo receptivo y perceptivo al maravilloso Amor que lo impregna todo.
La Nueva Era depende de nuestra capacidad de plasmarla con hechos en la vida cotidiana.
Con hechos, no sólo con palabras.
Ese es nuestro compromiso y nuestro desafío esencial.

Fragmento de un artículo publconsumismoicado en la revista "Renacer", 1994